1.1.
1.1.1. Criterios para
generar ideas en la investigación
Danhke[2] señala que son diversos criterios que los inventores célebres han sugerido para generar ideas de investigación
productivas, entre las cuales destacan:
· Las buenas ideas
intrigan, alimentan y excitan al investigador de manera personal. Al elegir un
tema de estudio, concretamente una idea, es primordial que resulte atrayente.
No hay nada más aburrido que trabajar en algo que no nos interese. En la medida
en que la idea estimule y motive al investigador, éste se acoplará más en la investigación
y tendrá una mayor voluntad para esquivar los obstáculos que se le presenten.
· Las buenas ideas de
investigación no son necesariamente nuevas pero sí novedosas. Pues bien, en
muchas ocasiones es necesario actualizar o adaptar los planteamientos derivados
de investigaciones realizados en contextos diferentes, o a través de nuevos
caminos.
· Las buenas ideas de
investigación pueden servir para elaborar teorías y la solución de problemas.
De hecho, una buena idea puede conducir a una investigación que ayude a
formular, integrar o probar una teoría o a iniciar otros estudios que aunados a
una investigación, logren constituir una teoría, también generar nuevos métodos
de recolectar y analizar datos.
· Generalmente, las
ideas que son vagas o amplias, deben traducirse en problemas más concreto de la
investigación. Y esto se logra mediante la revisión bibliográfica que se
refiere a la idea que se desarrolla.
Por lo tanto, nuestro aporte en este
ítem radica en sugerirlos a los nuevos investigadores en tomar en cuenta:
cuando una persona anhele realizar una investigación y en especial el trabajo
de grado, su mayor preocupación e inquietud es determinar el tema a investigar.
Esta decisión está establecida por algunas situaciones que intervienen
notoriamente en el investigador.
Al respecto planteamos algunas
interrogantes tales como:
· ¿Se cuenta con el
tiempo suficiente para desarrollarlo?
· ¿Posee los recursos
necesarios para realizarlo?
· ¿El tema es de
interés?
· ¿Existe información
sobre el mismo?
· ¿Quién o en dónde
se puede encontrar la información?
· ¿Qué resultados
personales y generales traerá el desarrollo de esa investigación?
Ahora bien, encontrando respuesta a
los interrogantes arriba mencionados pueden continuar a la selección del tema a través
de la observación directa de la realidad que se quiere investigar y la consulta
bibliográfica respectiva del tema propuesto.
Cabe precisar que, esta última puede
referirse no sólo a textos, revistas y/o documentos especializados, sino que
también vale la pena remitirse a las tesis, tesinas que tengan relación con el
tema planteado. Del mismo modo, es necesario establecer las actividades y los
recursos necesarios para realizar la investigación.
Lo importante es visualizar las
etapas claves de la obtención de la información y los pasos obligatorios para
llegar al objetivo propuesto y las dificultades que puedan presentarse, a fin
de buscar la solución, antes que obstaculicen el tema de estudio.
En consecuencia, al reflexionar sobre el tema
afirmamos que la persona que comprende la importancia que tiene para él la
ejecución de un trabajo científico, no tendrá dificultad de encontrar para su
investigación un tema apropiado, recuerden que no hay temas “malos” de
investigación sino temas que no tienen claridad, ni conceptualización definida
en la definición del tema de investigación.
[2] Danhke, G.
(1989) Investigación y Comunicación, en C. Fernandez-Collado y Danhke G.
L. (comps.) La Comunicación humana: Ciencia Social, México:
McGraw-Hill.