Cuando leemos un libro, artículo, una revista,
tenemos la idea del enfoque del autor. En primer lugar, el editor del libro o
la revista ha pasado por ahí, el revisor lingüístico ha sugerido las correcciones
y pide aclaraciones sin que esto salte a la vista en el texto. Como sugiere
Gómez et al. Se debe también contar con los evaluadores que han estimado el
manuscrito y proponen, a veces exigen, modificaciones. En efecto, el texto
final está lejos con frecuencia de la primera versión entregada. Dicho esto, es
raro que un autor no encuentre nunca dificultad en la escritura: para la
mayoría, escribir es una tarea más o menos angustiante, ocasionalmente fácil,
pero siempre gratificante[1].
a. Los bloqueos emotivos
Este tipo de bloqueos son los obstáculos más
espantosos de todo tesista, porque son aquellos que el redactor mismo se crea
antes de escribir una línea. Son esas trabas interiores que se deben superar
regularmente, aunque algunos continúan renaciendo. Por ejemplo, un profesor de
Metodología de Investigación, nos comentaba que después de escribir la versión
final de un artículo, tenía como regla de no releer hasta que se publique,
porque si cada vez que releía dicho artículo, encontraba errores y se auto reprendía
“que bestia soy como no me di cuenta”. El mencionado profesor creía carecer de
inspiración. Sin embargo, si él hubiera releído regularmente, no solo se habría
dado cuenta que, periódicamente, un mismo sentimiento de depresión la animaba,
sino que también terminaba siempre encontrando la inspiración.
En otro escenario, los estudiantes que comienza su
investigación de tesis encuentran dificultades parecidas. En efecto, cualquier
asesor de tesis no demora en darse cuenta de que no basta ofrecer un apoyo
técnico y metodológico a los estudiantes que dirige; con mucha frecuencia, debe
ayudarlos también a superar los obstáculos emotivos que pueden atrasar todo el
proceso.
En ese sentido, algunos entendidos en la materia,
señalan que en la escritura descuidamos la influencia de la experiencia de
nuestros estudios de nivel primario o secundario. (Rudestan y Newton, 2001,
citado por Gómez et al) advierte que usualmente, los alumnos son animados a
distanciarse de su experiencia y a describir una realidad que les es
extranjera. En estas condiciones, la escritura puede fácilmente ser relacionada
con una actividad fastidiosa donde el alumno se siente inadecuado, incapaz de
sacar algo de lo que está en el corazón de su existencia. La revisión de las
experiencias educativas más corrientes presenta la escritura alrededor de estas
creencias:
· No es conveniente escribir sus propias ideas.
· Escribir es una actividad ante todo fastidiosa que consiste en repetir sus ideas y las de los otros.
· Lo que ha sido escrito será leído minuciosamente por los evaluadores en primer lugar y ante todo para la búsqueda de los errores.
Después de estas experiencias tan frecuentemente
probadas en el sistema universitario no debe sorprender que muchos estudiantes
se encuentren estancados frente a la hoja en blanco. Son ambivalentes: una
parte misma de ellos quiere escribir y otra los arrastra hacia las
distracciones, llevándolos a realizar más tarde lo que debería ser escrito hoy.
Como la redacción de una tesis implica una parte de trabajo solitario, es fácil
caer en la tentación de la diversión. Y las preocupaciones no faltan,
atractivas las unas como las otras, reales o imaginarias. Si se cede, la
redacción no avanza, lo que aumenta la ansiedad[2].
b. Los bloqueos asociados a la tesis misma
Otra categoría de obstáculos está relacionada con
la tarea misma: redactar una tesis. Una vez más, la redacción de la tesis se
extiende por varios años: en consecuencia, es necesaria la perseverancia y una
buena organización desde todo punto de vista: para comenzar, un buen espacio
para trabajar. Es muy útil tener un lugar donde las condiciones esenciales
estén a la mano. Si es necesario, se debe prever utilizar las paredes para
fijar el calendario de las tareas por hacer o un plan razonable del tiempo para
trabajar, constancia, y apoyo de los otros. He ahí algunos ingredientes
determinantes. Desde esta perspectiva, es necesario informar a sus allegados
del avance de sus trabajos… ¡no son interminables! Por lo que estimados
tesistas, la llave del éxito residirá en su capacidad de resolver estos
problemas concretos de organización, y no solamente los dilemas teóricos.
Redactar una tesis es más que escribir, porque la tierra no para de moverse y
la vida continúa teniendo exigencias. “No deje que se le escape el proyecto de
investigación. Bosqueje un plan de trabajo y actualícelo frecuentemente.
Aprenda a organizar su tiempo para conservar el control del proyecto”[3]. Un consejo de un profesor con experiencia: “No se
mude, a menos que sea expulsado de su vivienda. No se meta a hacer trabajos de
remodelación. No adopte un perro”[4].
c. Los avatares de la vida personal
Los problemas personales sobrevienen también;
aquellos que nadie desea ni comprende, pero que hacen parte de la vida. La
enfermedad es uno de ellos. Al respecto, se aconseja siempre a los estudiantes
de todos los niveles hacer ejercicio regularmente: el ejercicio físico ayuda a
concentrarse, a mantener la energía, el tono y el entusiasmo. Todos los médicos
recomiendan hacer ejercicio (¡y dejar de fumar!). Esto vale no solamente para
la población en general sino con mayor razón para los estudiantes que han
iniciado un proyecto que exige concentración y esfuerzos constantes.
Por lo que un trabajo de tesis se requerirá de
mucha energía. Asimismo, la relación de las parejas de enamorados se podría
verse afectados porque la investigación absorberá gran parte del tiempo. De lo
que resulta entonces que la redacción de tesis podría verse atrasada. Por ello
es necesario tomar algunas precauciones para que el proyecto de uno no le ocupe
todo el espacio: es necesario tomar en consideración el valor que la vida
familiar y conyugal tiene para usted, su importancia en su existencia, el papel
que juegan sus familiares en su vida. Cuando la tesis se termina, la vida
retomará su curso, y el estudiante continuará viviendo con los suyos. Esto será
preferible a no haberlos perdido por causa de una falta de visión de largo
plazo.
[1] Gómez, M.A.; Deslauriers, J.P.; Alzate, M.V. (2010) Cómo hacer tesis
de maestría y doctorado. Primera ed. Bogotá: Ecoe Ediciones, p. 108.
[2] Ídem, p. 110.
[3] Sharpe, J. A.; Peters, J.; Howard, K. (2002) The Management of a
Student Research Project. Hampshire: Gower, p. 172.
[4] Bolker, J. (1998) Writing Your Dissertation In Fifteen Minutes A
Day. New York: Holt, 82.