De donde surge el problema de investigación
A efectos de desarrollar el tema propuesto,
señalaremos que desde la perspectiva de Dei (2008), el interrogante es muy
concreto, puesto que “hay un dónde en el que el problema de investigación tiene
su lugar. Ese donde es el cuerpo del conocimiento, el campo temático de la
disciplina en la que realiza su investigación y en la que se ha preparado”. En
tal sentido, “su tarea ahora es descubrir nudos problemáticos en su área de
conocimiento, interrogantes que no han sido aun contestados, pero requieren una
respuesta, sea por razones prácticas o técnicas, que incumben al desarrollo del
saber en su disciplina. Es obvio que usted sabe cuál es su área de
conocimientos, el campo temático general en el cual tendrá que encontrar la
pregunta que pondrá en movimiento el proceso de investigación y la realización
de su tesis”[1].
Asimismo, el autor añade que “el verdadero
aprendizaje en esta etapa de su formación es desarrollar la capacidad de
formular algunos interrogantes sobre lo que hasta el momento parecía mostrarse
como un campo de conocimiento establecido". Sin embargo, estos
interrogantes son diferentes a los que frecuentemente se le planteaban cuando
cursaba las asignaturas de su carrera. Se trata ahora de preguntas que avanzan
sobre las respuestas que ya constituyen el acervo de conocimientos de una
ciencia determinada. De modo que, "son preguntas que interpelan la
incertidumbre, se pronuncian a favor o en contra de modelos teóricos o
paradigmas que sostiene un modo de comprender los fenómenos, quieren abrir una
nueva perspectiva de la realidad conocida, indagan por la validez de los
resultados alcanzados por tal o cual abordaje teórico o experimental; aspiran,
en definitiva, a superar la provisionalidad del saber científico en un terreno específico.
Mas concretamente, el problema tiene que ver con lo que no se conoce o lo que
se cuestiona respecto a un aspecto particular del saber vigente”[2].
En consecuencia, aquí es muy oportuno que
las preguntas que formule sean posibles de una respuesta en función de su
tiempo y sus recursos intelectuales y materiales. Por ello, sus preguntas
no deben tener una amplitud tal que le impidan luego precisar los objetivos de
su tesis o diseñar instrumentos de validación inmanejables. Si bien el problema
tiene que ver con lo que usted le parece interesante, significativo o digno de
investigar, no todas las inquietudes que tenemos como seres humanos constituyen
un adecuado camino para realizar una tesis.