martes, 22 de agosto de 2017

ELEGIR UN TEMA DE INVESTIGACIÓN

¿Qué hacer cuando no tenemos un tema de investigación específico?

En ocasiones se da el caso de que el investigador se comprometa a realizar un trabajo de investigación, pero no se le ocurra qué hacer. Este problema es bastante frecuente, dicho sea de paso, se asocia con la falta de confianza en cuanto a la capacidad de emprender un proyecto de investigación. En consecuencia, este ítem se diseñó para ayudar a enfrentar este de problema. De la misma forma le será útil también si ya eligió el tema, pero desea acotarlo.  Es decir, si desea evaluar posibles opciones, si tiene demasiadas ideas y no puede decidirse por alguna de ellas.

Aquí detallamos siete sugerencias para que baraje ideas respecto su proyecto de investigación. De esta forma estará en condiciones óptimas no solo para elegir sino para acotar su elección, convirtiendo en un proyecto altamente viable.

A.   Échale un vistazo algún trabajo previo de investigación.

B.   Relacione la investigación con sus otros beneficios.

C.  Pregunte a su asesor, tutor, amigos, compañeros incluso a su vecino.

D.  Piense en el título.

E.   Comience por una cita que le agrade.

F.   Siga sus intuiciones.

G.  Debes estar preparado para cambiar de rumbo.

A)   Échale un vistazo algún trabajo previo de investigación

Existen, desde luego, numerosos ejemplos de proyectos de investigación que puedes echarle un vistazo, sean artículos científicos, tesinas, tesis etcétera. Considere reproducir uno de ellos, usando los mismos métodos para analizar el mismo problema, pero en un lugar o en una institución distinta. Reproducir el enfoque de una investigación no quiere decir que no sea original. En efecto, imitar una investigación previa para corroborar las averiguaciones originales, agregar otros nuevos o ponerlos en tela de juicio suele ser muy útil y a la vez esclarecedor.

B)   Relacione la investigación con sus otros beneficios o intereses

En este ítem sostenemos que seguramente tendrás una variedad de beneficios o intereses fuera del trabajo, de los estudios que cursa, incluso del área de investigación, ya sean como actividades familiares, sociales, políticas, culturales, deportivas, aunque estas dependerán de las limitaciones impuestas por la materia que investiga. Digamos que si ha emprendido una investigación política puede basarla, al menos parcialmente, en un grupo de un movimiento político a la cual haya pertenecido anteriormente.

C)   Pregunte a su profesor, tutor, amigos, compañeros incluso a su vecino

Hacer consultas o pedir sugerencias a otra persona es lo más recomendable cuando no se le ocurre ningún tema. Las apreciaciones de los demás siempre resultan provechosas.

Su profesor puede brindarle muchos consejos, incluso puede ponerlo en contacto con un colega que se encuentra en una situación similar a la suya. Cabe precisar que hablar de sus ideas con gente no involucrada en la investigación puede ser muy provechoso, imagínese por ejemplo su amigo o vecino puede indicarle cómo investigar con vista al desarrollo de su profesión. 

D)   Piense en el título.

En una investigación pensar en el título ayuda encontrar temas interesantes. Después de todo, parte de la atracción inicial producida por un libro. Naturalmente este consiste en un juego de palabras, en una aliteración, o ser conciso y expresivo. Puede referirse sucintamente a la pregunta de investigación o indicar un nuevo ámbito de estudio. 

El título en una investigación debe ser lo más corto posible. Piense en alguno que lo motive, puesto que un buen título lo ayudará a orientarse en un trabajo de investigación a posteriori.

E)   Comience por una cita que le agrade.

Algunos estudiosos recomiendan que extraer de la literatura que ha leído uno o dos citas que realmente lo atraigan es otro método posible para elegir el título. Por cierto nos referimos al tipo de enunciados que son capaces de desencadenar una fuerte reacción positiva o negativa y que revelan que el autor domina el tema o, por el contrario no sabe de qué está hablando. Pueden ser preguntas, comentarios, también interpretaciones de los temas investigados.

F)   Siga sus intuiciones.

Si un investigador intuye que una cuestión o un área específica plantean interrogantes de interés o requiere ser investigada, no tema seguir sus impulsos y vea hasta dónde lo conducen. Sin embargo, no pierda demasiado tiempo y energía en esto cuando, quizás, no lo está llevando a una buena direccionalidad.

G)   Debes estar preparado para cambiar de rumbo.

Si en su investigación ha comenzado por cualquier parte o tal vez haya seguido una o varias de nuestras sugerencias, en cualquier caso, debe estar listo para replantear su trabajo y cambiar de horizonte. Ello puede ser necesario si le niega el acceso a personas o documentos importantes, si no hay suficientes gentes que conteste sus cuestionarios, si no encuentra datos donde pensó que estaba. Por estos considerandos es conveniente que sus planes de investigación sean flexibles y le permitan enfoques distintos del mismo asunto o tomar una dirección que se aleje radicalmente.

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