El Método Deductivo o Inferencia Deductiva
Según Bernal (2016) en
este método se utiliza el razonamiento para obtener concusiones que parten de
hechos particulares aceptadas como validas, para llegar a conclusiones, cuya
aplicación sea de carácter general. De manera que “el método deductivo se
inicia con un estudio individual de los hechos y se formulan conclusiones
universales que se postulan como leyes, fundamentos o principios de una teoría”[1].
En tal
sentido, los investigadores concuerdan que el método deductivo radica en la
determinación de las características o enunciados de la realidad particular que
se estudia por derivación o consecuencia de las características o enunciados
contenidos en proposiciones o leyes científicas de carácter general formuladas
previamente. La deducción trata de derivar las consecuencias particulares o
singulares de las premisas o conclusiones generales establecidas y aceptadas.
En realidad, el método deductivo sólo es aplicable una vez se comprueba que el
fenómeno o suceso particular que estamos investigando pertenece a la categoría
de fenómenos o sucesos contemplados por la ley científica general. Parecida
comprobación exige el empleo previo de los métodos descriptivo, analítico y
comparativo, porque sólo gracias a ellos podemos establecer la analogía o
correspondencia lógica y fenomenológica entre ley y suceso, sin que por ello
podamos llegar a tener una certeza definitiva a cerca de la validez que la ley
científica tendrá respecto del próximo suceso particular.
En consecuencia, ninguno
de ambos métodos (inductivo o deductivo) nos puede dar una certeza absoluta y
universal sobre la validez de las formulaciones teóricas que alcanzamos
mediante su empleo. Como señala Morín: "La mayor aportación del
conocimiento de la centuria pasada ha sido el conocimiento de los límites del
conocimiento. La mayor certidumbre que nos ha dado es la de la imposibilidad de
eliminar ciertas incertidumbres, no sólo en la acción sino también en el
conocimiento"[2].
Sin embargo, tampoco las
certezas absolutas o universales son necesarias para considerar una
investigación verdaderamente científica, pues basta con que nos aporten
certezas relativas –probabilidades- pero suficientemente generalizadas sobre la
validez de las conclusiones o formulaciones teóricas que nos permiten alcanzar.
[1] Bernal, C. A.
(2016). Método de la Investigación. Colombia: Pearson Educación de Colombia S.A.S, cuarta edición, p. 62.
[2] Morin, E.
(1999). La tête bien faite. Repenser la réforme. Réformer la pensée.- Edit.
Editions du Seuil. París, (traducción de Mª José Buxó-Dulce Montesinos. (2000) La mente bien ordenada. Barcelona: Edit. Seix Barral, pp. 71-72.
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